DiseñoWilhelm Braun-Feldweg creó en 1962 la elegante Britz para el fabricante alemán de luminarias Mawa, que le pidió una pieza inspirada en la posguerra. El acero inoxidable lacado de este aplique destaca por su lenguaje de formas reducido a lo esencial de líneas rectas y limpias. Esta pequeña joya para la pared convence por su original salida de luz. La lámpara presume de una ingeniosa construcción que la convierte en un objeto único. En ella, el reflector rectangular se puede mover hacia arriba y abajo para dejar escapar la luz por donde se prefiera. El nombre de la lámpara de pared Mawa Britz viene de un barrio de Berlín: Britz es una zona obrera de culto en la capital alemana. Desde 2002, Mawa distribuye la Britz en un modelo reeditado.