DiseñoPonerle plumas de oca a una bombilla es, probablemente, una idea un tanto descabellada que solo se le ocurriría a un genio. El diseñador alemán Ingo Maurer creó en 1992 su Lucellino por culpa de un arrebato de inspiración y actualmente su obra se mantiene como una de las más apreciadas de este artista. La Lucellino de Ingo Maurer bien podría llamarse «pajaritos de luz y es que, las plumas de oca están colocadas a mano en el portalámparas de una bombilla de 24 voltios especialmente diseñada para esta lámpara. Esta inspiración aviaria hace que la Lucellino desprenda una ligereza encantadora que la pone a años luz de cualquier otra luminaria de diseño. La Lucellino es un juego de palabras italiano donde se combina luce (luz) con uccellino (pajarito).