Gubi BL6, lámpara de pared

El mundo se hizo eco de este clásico creado por Robert Dudley Best en el año 1930 a raíz de que la versión de sobremesa apareciese sobre el escritorio del primer ministro británico Churchill. La lámpara de pared Bestlite BL6 imita a su hermana en lo que a la silueta clara y su funcionalidad se refiere. Este éxito del diseño que ha hecho historia pertenece a la marca Bestlite BL6. El aplique entra por los ojos gracias a este cuerpo elegante y fluido que incorporan los productos inspirados en el Bauhaus.

Tras la apariencia minimalista y cargada de estilo de esta lámpara de pared se esconde una calidad indiscutible. La Bestlite BL6 destaca por unos acabados cuidados al detalle y conseguidos por el uso de unos materiales de primer nivel. Todo ello garantiza una larga vida útil y sin complicaciones del producto. Como muestra de ello tenemos el brazo, de noble acero y acabado cromado. La pantalla, por su parte, es de aluminio revestido en polvo y está disponible en distintos colores. El cable recubierto de tejido es del mismo color que el escogido para la pantalla. De este modo, la lámpara de pared BL6 de Bestlite encaja a la perfección en cualquier estilo decorativo.

Robert Dudley Best se inspiró en la escuela alemana del Bauhaus para crear la colección BL. En sus comienzos, estas lámparas dominaban en los talleres de coches ya que su luz orientable resultaba muy útil para los trabajadores. Otra de las fuentes de inspiración de la Bestlite BL6 fueron las obras de Mies van der Rohe y Le Corbusier que ya fueron expuestas en 1925 en la Exposición Internacional de París. Además, el primer ministro británico Winston Churchill utilizaba la versión de sobremesa de la BL en su escritorio. Robert Dudley Best murió en 1984 con el honor de haberse convertido en el diseñador británico más importante del siglo XX.

La historia Bestlite comienza durante un viaje a Inglaterra en el año 1989, cuando Gubi Olsen descubrió muy a su pesar que la fábrica de lámparas Best&Lloyd se encontraba al borde de la bancarrota. La manufactura estaba en una situación tan precaria en la que el dinero no daba ni para comprar material de embalaje; las luminarias se enviaban envueltas en papel de periódico. Unas semanas más tarde, Gubi Olsen se hizo con los derechos exclusivos para fabricar las Bestlite y trasladó la sede de la empresa a Copenhague.